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Mostrando entradas de julio, 2008

Fealdad = Maldad

La fealdad es buena, porque siempre le permitirá a la gente vivir asustada de sus congéneres y les dará un blanco al cual atacar en esos aburridos días cuando la razón parece irse de vacaciones a la luna. Toda cultura admira la belleza, aún cuando las culturas difieran en la definición misma de la palabra. Esto se debe a una razón muy simple: todos somos seres sexuados. La gente siempre preferirá aquello que le cause un placer sexual, aunque sea en el mero ámbito especulativo, derivado de la cuidadosa observación de los atributos de otros seres humanos. El problema reside en el hecho de que, debido a nuestra absurda negación de lo que nos vuelve seres sexuales (acá en occidente), no queremos siquiera imaginar que alguien puede atraernos SÓLAMENTE de una manera sexual. Así que cuando vemos a alguien que es físicamente atractivo, inconscientemente comenzamos a darle atributos que no hemos corroborado. Suponemos que se trata de personas honestas, sinceras, amables, tiernas, en pocas palab

El Dilema de ser Gordo

No pretendo engañarme. Tener sobre-peso es un grave problema de salud y se convierte con el tiempo en una sentencia que acarrea la muerte e incluso algunas cuestiones peores. Lo sé. Tampoco pretendo que las personas a mi alrededor me acepten “como soy”, pues ese concepto es una burda fantasía inventada seguramente por los mismos anegados mentales que forjaron el concepto del “amor verdadero”. Entiendo perfectamente que una persona con una apariencia descuidada no atrae muchos adeptos que le circunscriban. Sin embargo, creo firmemente que existe una clara diferenciación entre la NO-empatía que la gente puede sentir contra uno por tener una aspecto obeso, y lo que la sociedad claramente termina cometiendo contra todos aquellos que vivimos con la carga no sólo de nuestros kilogramos extras, sino también de lo mal que ven eso quienes nos topan en el ambiente urbano diario. Estoy enfermo Uno de los aspectos que me sacan de mis casillas es la hipocresía con la que la sociedad juzga otros pad

Feo y Ateo

Presentación Sí, básicamente eso: Feo y Ateo. Así es como, sin dudas, me definiría la mayor parte de las personas con las que, desgraciadamente, interactúo cotidianamente. Mi aspecto no es para nada el de una persona que se acerque ni tangencialmente a la convención social de lo que de define como "atractivo". Y, aunado a esto, se encuentra el sutil detalle de mi profundo Ateísmo, que me ha ganando un célebre nicho en el repudio de los más persignados de mis conocidos. Este par de detalles, han marcado mi personalidad, en la medida en que han limitado de manera considerable mi desarrollo social. Ya de por sí obstaculizado por mi precaria condición económica. Apasionado de la ciencia-ficción y estricto degustador de la animación, tanto occidental como oriental, también he sido catalogado como alguien "inmaduro" o "aniñado" por los guiñapos humanos que se jactan de poseer una madurez medida con el patrón del alcohol que pueden ingerir sin vomitar, o mejor a