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Obsesión y entrega

Es conocida la tesis que propone como argumento central que el amor conlleva sufrimiento, y que cuanto más grande es el sentimiento, mayor será la pena que nos atormentará.

Pero también existen quienes afirman que el verdadero amor disipa todas las formas de sufrimiento.

Yo, a mi manera particular de entender el fenómeno, atribuyo esta disparidad de atributos a una divergencia entre las causas del sentimiento.

Nosotros, como personas, estamos conformados por una mente racional, una voluntad individual y un ego.

Mientras nuestra mente racional está compuesta del cúmulo de conocimientos y procesos “mecánicos” mentales que llevan a la resolución de problemas, nuestra voluntad es la encargada de darnos la flexibilidad de acción que nos convierte en seres individuales. 

Nuestro ser racional, se encarga de proveernos a cada instante con una serie de respuestas para problemas de diversas magnitudes y prioridades, basado en el cúmulo de información que hemos recolectado en toda nuestra vida. Pero es nuestra voluntad la que finalmente se encarga de seleccionar respuestas, su orden de aplicación e incluso su ejecución o postergación. Es esta parte, esta sección de nuestra mente global la que nos convierte en lo que somos. Determina cómo respondemos ante ciertas situaciones y cómo afrontamos los problemas que se nos presentan al escoger la respuesta que será ejecutada. 

Esta sección de nuestro ser, está compuesto por el “caos” que reina en el cúmulo de fantasías, recuerdos y predicciones que generamos en el espacio indefinido que nombramos mente y a los cuales nombramos “ideas”. Pero también existe un tercer elemento que juega un papel importante en nuestro ser como individuos: el ego.

Este es un ente oscuro y siniestro, forjado de nuestros anhelos y temores, que se reviste engañosamente, a veces de voluntad, a veces de razón, y nos lleva a tomar caminos que atentan ocasionalmente contra alguno o ambos de los anteriores, con el fin único de sobrevivir.

Somos animales, y como tales tenemos necesidades: alimentación, sueño, y fornicación (en ese orden, acompañadas de otras menos imperantes). Sin embargo, nuestro ego, genera necesidades basadas en el cúmulo de expectativas que adquirimos de la sociedad que nos rodea y las mezcla con nuestras necesidades animales para producir un nuevo orden de prioridades e nuestra ejecución cotidiana . Nos provee de necesidades como: aprobación social y sexual (manada no de la pareja, sino de los individuos que nos rodean), estatus y comodidad (en ese orden), entre muchas otras . 

Nuestro ego es el encargado de mentir para obtener un beneficio superfluo y satisfacer una de las necesidades anteriores, de declinar soluciones a algún problema por otras alternativas más cómodas o de ver como una amenaza aquello que choca con lograr satisfacer estas “prioridades”. El ego nos hace creer que una idea o decisión es “razonable” cuando sólo es egoísta o nos pude hacer creer que es nuestra voluntad hacer algo cuando en realidad sólo actuamos bajo la idea de satisfacer a nuestro ego.

Aquí nace el problema con las visiones del amor.

Si bien, el amor romántico no puede ser claramente definido, si es posible delimitarlo. El amor proviene de una serie de factores como son:

Admiración. Esta puede ser, admiración animal de la belleza (causada por factores biológicos como caderas anchas, pechos grandes, fuerza física, rasgos definidos, etc) o admiración “personal” (desatada por elementos manados de la personalidad, como determinación, arrojo, seriedad, etc).

Empatía. Donde analizamos si esa persona tiene respuestas y conductas como las nuestras o si al menos entiende nuestras motivaciones.

Solidaridad. Para determinar si podremos obtener apoyo de la persona a nuestro lado, ya sea para fines de ejecución, por motivos de dependencia o simple compañía ideológica.

Estas tres, son tal vezlas más importantes que logro citar en este momento, pero sólo espero dejar en claro la idea.

Cuando estos factores se presentan en las personas que decimos amar, nos sentimos plenos, rebosantes de felicidad y experimentamos absoluta calma. Sin embargo, el ego nos puede hacer una mala jugada, y de repente la relación se llena de incertidumbre. Si la persona que nos acompaña, es más inteligente o más bella, más autosuficiente o nos supera de alguna manera en que el ego se siente aludido, sentiremos un inmediato impulso negativo hacia nuestra pareja. Es el ego volviendo a esa persona especial, un enemigo.

Las personas que son llevadas por el ego, dejarán de lado los factores de atracción racional y asumirán el papel de víctimas, se jactarán de los defectos en la pareja, y la abandonarán. Sin embargo, quienes no abandonan su voluntad y su razón, entrarán en un conflicto, pues a pesar de que el ego grita que aquella persona de junto es un peligro, ellos seguirán aferrados al amor racional que experimentan. Entonces el ego choca con el amor racional, y surge el conflicto.  

Una parte de nosotros nos dice que aquella relación no deja nada bueno, nos molesta la actitud de nuestra pareja, o le vemos con desdén, pero sin poder dejar de sentirnos atraídos, sin poder dejar de obviar los grandes atributos de aquel ser humano.

Es por este motivo que el amor real duele, quema y desgarra la carne del corazón , porque el verdadero amor, choca con los que nos da seguridad y nos hace sentir superiores o únicos. El verdadero amor nos regresa a nuestra condición humana, nos arranca el ego. Y la condición humana es frágil y efímera, al menos en el sentido emocional. 

Nadie desea sentirse vulnerable, pero cuando amamos a una persona de verdad, nuestra fragilidad nos es reflejada en los atributos de los otros. Y el ego, que es una construcción mental que tiene por objetivo el apercibirnos como invulnerables, siempre estará contra esto. Sólo quienes superan su ego, pueden asumir su fragilidad en paz y convivir con aquellos que aman, porque mientras nos creamos dioses no podremos sentir nada verdadero por las personas que decimos amar.

Pero creo que he divagado mucho, tal vez luego concrete estas ideas.

Comentarios

IEV ha dicho que…
No eres el unico que divaga,

Ciao
Anónimo ha dicho que…
Tienes razon en varias cosas, y que pasa cuando en vez de sentirte un Dios, sientes que no mereces algunas cosas, algunos sentimientos, que haces para aceptarlos? Sabes que hacer?

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