Acaban de iniciar las transmisiones de la versión mexicana de “patito feo”, novela romántica para pubertas sin neuronas y que a su vez es la versión infantil-juvenil de Bety la Fea.
Esta es otra embestida, por parte de los medios de comunicación, para empujar dentro de la mente de la masa de idiotas que conforman la tele-audiencia, mensajes súper-liminales para convertirlos en consumidores potenciales de cuanta porquería emane de ese concepto.
A primera vista parece no haber problema, pues a fin de cuentas de eso viven las televisoras, de propaganda y consumismo. El problema reside en el mensaje torcido que se envía a la juventud, de por sí dañada e influenciable. Básicamente se les dice a las muchachitas del país, que es una obligación ser bonitas, y que debe ser su misión en la vida ser queridas por el chavo más guapo de la escuela.
Si bien, este es un mensaje palurdo, en la mente de una hormona con tenis de 12-16 años, se vuelve un dogma a seguir. Lo que se hace, es inculcarle a la adolescente que su fin último en la vida, debe ser gustar a los demás, que sólo vale por como los demás la evalúen y que lo más importante es la belleza física, y la compañía de un hombre.
Todo esto, maquillado torpemente con un pseudo-mensaje sobre quererse a sí mismos y aceptarse, pero si el mensaje es quererse y aceptarse, ¿por qué cambia de apariencia la protagonista?
No se necesita ir muy lejos para imaginar la clase de persona que estructura esta clase de argumentos misóginos, son mis némesis.
La gente dirá que soy un amargado y que critico porque soy feo y gordo, y tal vez tengan razón de manera parcial. No negaré que poseer una salud, al menos promedio, y procurar al menos nuestra sanidad y arreglo deberían ser pautas a seguir, al menos en una utopía racional. Yo no poseo buena salud, ni buena forma física, aunque procuro que mi arreglo sea no tan malo. Tampoco soy bonito, pero hay que ser idiota para no ver la clase de ideas torcidas, machistas y, para acabar, absurdas que se plantean aquí.
He dicho que quienes escriben estas historias son mis némesis, porque puedo percibir el frío y muerto toque de su capacidad creativa en el aire de estas churro-novelas. Y son mis némesis, porque en verdad son mis iguales opuestos.
Deben ser hordas de tipos sin vida social activa, como mua, sin experiencia empírica, al menos no exitosa, en el amor, y al menos no exitosa en el amor juvenil, de nuevo, al igual que yo. Además, deben estar frustrados por las negativas del sexo opuesto para ceder a sus demandas de cariño, otra vez, como su servidor. Pero ellos, difieren de mí, por su basta ignorancia e incontrolable falta de cultura general.
¿Cómo puedo saber que son mis némesis ignorantes los que escriben esto?
Fácil:
Si bien yo no he conocido el amor en la plenitud, perpetuidad y entrega que se ha estandarizado universalmente, al menos he leído sobre ello, y si me pagaran por escribir un bodrio infantil como el que trato ahora, haría un trabajo menos mediocre y, al menos, alejado de estos estereotipos de cuento de hadas.
También puedo identificar los signos del rechazado-frustrado en los elementos centrales de la trama.
1.La niña protagonista es “fea” (porque usa lentes y no se peina), pero si se “arregla” es bonita. Los escritores siempre se han sentido feos, y quieren creer que todo lo que necesitan para abandonar su situación, es determinación. Además, esto nos dice que para esta gente, ser feo, no necesariamente es de físico, sino también de estilo, pues, si no estás a la moda, eres feo.
2.La niña está enamorada del exitoso muchachito guapo de la escuela, que no le corresponde. De nuevo, me huele a proyección de los escritores.
3.El chico guapo se junta con gente bonita y mezquina, pero él es bueno. Aquí viene el punto de desahogo, los escritores consideran mezquina la gente bonita por “naturaleza”, pero quieren llenar de virtudes el ideal de persona bella que ellos aman. Y también se idealiza, que la gente posee virtudes o defectos en base a su configuración física.
4.Gustarle al chavito metrosexual es el fin último de la niña. Aquí vemos un cambio de roles,a la vez que una proyección lineal. Los escritores ven como un acto de sacrificio este esfuerzo, pero ellos desearían que hubiera sido la persona que ellos amaron la que lo cometiera. Es el ideal machista donde la mujer debe esforzarse por ser atractiva al hombre.
5.La vida de todos los personajes es insulsa, lo único parecido a una vida dura o una afrenta personal, es recurrir a los clichés de los pares divorciados,estrictos o muertos, o al rechazo escolar. Estas personas jamás han afrontado un dolor real en sus vidas, son inmaduras y lo único que pueden usar para darle relevancia a su historia, es recurrir a algo pre-establecido. En su obsesión por ser populares o queridos, jamás vieron su entorno y no se dieron cuenta ni pasaron por el dolor que experiemnta un adolescente: el rechazo ideológico, la duda existencial, el desafío moral, la marginación intelectual, el cambio constante en sus cuerpos, los impulsos incontrolables, la incomprensión de los padres, etc, etc, etc.
6.La niña puede hacer cambiar de actitud a la gente que no la quiere. Este es otro ideal estúpido: creer que la gente va a cambiar sus actitudes si les convencemos de manera sexual.
7.Habrá situaciones “sexosas”. Un elemento cada vez más recurrente en estos programas “infantiles” es recurrir a situaciones pseudo-eróticas, con el fin de atraer rating, y causar algo de polémica. Recordemos que el público cautivo de estos programas suda progesterona y/o testosterona.
Estos son mis némesis, rechazados de la sociedad, que han interiorizado el rechazo y lo ven como algo justo. Además, claro, de ser unos incultos machistas (sean hombres o mujeres, porque las mujeres también pueden ser machistas).
Como sea, si ven a alguna “morrita” en la calle que vea esta basura, regálenle “Los Miserables” de Víctor Hugo, si no lo lee, al menos podrá partir nueces con él. ^_^
Esta es otra embestida, por parte de los medios de comunicación, para empujar dentro de la mente de la masa de idiotas que conforman la tele-audiencia, mensajes súper-liminales para convertirlos en consumidores potenciales de cuanta porquería emane de ese concepto.
A primera vista parece no haber problema, pues a fin de cuentas de eso viven las televisoras, de propaganda y consumismo. El problema reside en el mensaje torcido que se envía a la juventud, de por sí dañada e influenciable. Básicamente se les dice a las muchachitas del país, que es una obligación ser bonitas, y que debe ser su misión en la vida ser queridas por el chavo más guapo de la escuela.
Si bien, este es un mensaje palurdo, en la mente de una hormona con tenis de 12-16 años, se vuelve un dogma a seguir. Lo que se hace, es inculcarle a la adolescente que su fin último en la vida, debe ser gustar a los demás, que sólo vale por como los demás la evalúen y que lo más importante es la belleza física, y la compañía de un hombre.
Todo esto, maquillado torpemente con un pseudo-mensaje sobre quererse a sí mismos y aceptarse, pero si el mensaje es quererse y aceptarse, ¿por qué cambia de apariencia la protagonista?
No se necesita ir muy lejos para imaginar la clase de persona que estructura esta clase de argumentos misóginos, son mis némesis.
La gente dirá que soy un amargado y que critico porque soy feo y gordo, y tal vez tengan razón de manera parcial. No negaré que poseer una salud, al menos promedio, y procurar al menos nuestra sanidad y arreglo deberían ser pautas a seguir, al menos en una utopía racional. Yo no poseo buena salud, ni buena forma física, aunque procuro que mi arreglo sea no tan malo. Tampoco soy bonito, pero hay que ser idiota para no ver la clase de ideas torcidas, machistas y, para acabar, absurdas que se plantean aquí.
He dicho que quienes escriben estas historias son mis némesis, porque puedo percibir el frío y muerto toque de su capacidad creativa en el aire de estas churro-novelas. Y son mis némesis, porque en verdad son mis iguales opuestos.
Deben ser hordas de tipos sin vida social activa, como mua, sin experiencia empírica, al menos no exitosa, en el amor, y al menos no exitosa en el amor juvenil, de nuevo, al igual que yo. Además, deben estar frustrados por las negativas del sexo opuesto para ceder a sus demandas de cariño, otra vez, como su servidor. Pero ellos, difieren de mí, por su basta ignorancia e incontrolable falta de cultura general.
¿Cómo puedo saber que son mis némesis ignorantes los que escriben esto?
Fácil:
Si bien yo no he conocido el amor en la plenitud, perpetuidad y entrega que se ha estandarizado universalmente, al menos he leído sobre ello, y si me pagaran por escribir un bodrio infantil como el que trato ahora, haría un trabajo menos mediocre y, al menos, alejado de estos estereotipos de cuento de hadas.
También puedo identificar los signos del rechazado-frustrado en los elementos centrales de la trama.
1.La niña protagonista es “fea” (porque usa lentes y no se peina), pero si se “arregla” es bonita. Los escritores siempre se han sentido feos, y quieren creer que todo lo que necesitan para abandonar su situación, es determinación. Además, esto nos dice que para esta gente, ser feo, no necesariamente es de físico, sino también de estilo, pues, si no estás a la moda, eres feo.
2.La niña está enamorada del exitoso muchachito guapo de la escuela, que no le corresponde. De nuevo, me huele a proyección de los escritores.
3.El chico guapo se junta con gente bonita y mezquina, pero él es bueno. Aquí viene el punto de desahogo, los escritores consideran mezquina la gente bonita por “naturaleza”, pero quieren llenar de virtudes el ideal de persona bella que ellos aman. Y también se idealiza, que la gente posee virtudes o defectos en base a su configuración física.
4.Gustarle al chavito metrosexual es el fin último de la niña. Aquí vemos un cambio de roles,a la vez que una proyección lineal. Los escritores ven como un acto de sacrificio este esfuerzo, pero ellos desearían que hubiera sido la persona que ellos amaron la que lo cometiera. Es el ideal machista donde la mujer debe esforzarse por ser atractiva al hombre.
5.La vida de todos los personajes es insulsa, lo único parecido a una vida dura o una afrenta personal, es recurrir a los clichés de los pares divorciados,estrictos o muertos, o al rechazo escolar. Estas personas jamás han afrontado un dolor real en sus vidas, son inmaduras y lo único que pueden usar para darle relevancia a su historia, es recurrir a algo pre-establecido. En su obsesión por ser populares o queridos, jamás vieron su entorno y no se dieron cuenta ni pasaron por el dolor que experiemnta un adolescente: el rechazo ideológico, la duda existencial, el desafío moral, la marginación intelectual, el cambio constante en sus cuerpos, los impulsos incontrolables, la incomprensión de los padres, etc, etc, etc.
6.La niña puede hacer cambiar de actitud a la gente que no la quiere. Este es otro ideal estúpido: creer que la gente va a cambiar sus actitudes si les convencemos de manera sexual.
7.Habrá situaciones “sexosas”. Un elemento cada vez más recurrente en estos programas “infantiles” es recurrir a situaciones pseudo-eróticas, con el fin de atraer rating, y causar algo de polémica. Recordemos que el público cautivo de estos programas suda progesterona y/o testosterona.
Estos son mis némesis, rechazados de la sociedad, que han interiorizado el rechazo y lo ven como algo justo. Además, claro, de ser unos incultos machistas (sean hombres o mujeres, porque las mujeres también pueden ser machistas).
Como sea, si ven a alguna “morrita” en la calle que vea esta basura, regálenle “Los Miserables” de Víctor Hugo, si no lo lee, al menos podrá partir nueces con él. ^_^
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