Ir al contenido principal

Mujeres y su clasificación para nosotros los feos

Bueno, pues después de pasarme un rato lidiando con mi apatía personal por entrar en este sitio para actualizarlo, me decidí para añadir una entrada sobre este tema, como una continuación de algo ya referido en comentarios anteriores.

Las mujeres suelen utilizarnos, a los hombres feos, como sus cabllos de batalla para solventar las carencias de sus relaciones afectivas con los afortunados (¿o no?) a los que sí les abren las piernas. Conste que no generalizo. Hay mujeres que no son así... las que esán muertas.

Lo que a mi me molesta de este tipo de situaciones, es que estas chavas se aprovechan de nuestras carencias sentimentales para usarnos. Nos lanzan pequeñas migas de amor, ya se auna caricia, una mirada, un beso o una palabra de amor; todo para manenernos a su lado y poder exprimirnos.

Y claro, si una mujer lo hace, es sólo su naturaleza, pero si un hombre lo hace, somos unos cerdos machistas.

El otro problema es que estas chavas piensan de verdad que nosotros tenemos alguna obligación de tratarlas como nuestras novias, de darles todos los privilegios y servicios, a cambio de estas migas, y si un hombre decide decir: "no, no haré esto por tí" o "no, no quiero escuchar los problemas que tuviste en la cama con tu novio", nosotros somos los villanos.

Para que se den una idea de lo generalizada que está esta conducta, les dejo un acceso a un sitio, donde una mujer hace una excelente clasificación de los amigos según esta idea torcida de segregación social.

http://chicas-azp.blogspot.com/2006/10/slo-te-quiero-como-amigo.html

Espero que esta chica tenga 15 años. porque si es mayor, y sigue con esa mentalidad... bueno, no le pasará nada, nunca les sucede nada, ellas siempre ganan.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Dudas y Decisiones

Había pasado, ya, un día desde aquel beso y mi vida se vio convertida en un maelstrom de decisiones que no contemplaba desde la adolescencia y de preguntas que no me hacía desde que aquel pollo murió en mis brazos POR RAZONES TOTALMENTE NO SEXUALES. Te vería. Aquella era mi única motivación a ir a la escuela. Por la mañana, mientras me miraba al espejo del baño, oscuras sombras bajo los ojos y un intenso dolor en la muñeca y el brazo, me recordaban que no dormí aquella noche, pensando en ti. Terminado el arduo ritual del baño, me rocié de colonia, perfume, desodorante, acondicionador, insecticida, todo lo que estuviera a la mano. Tenía tantos químicos encima, que si alguien hubiera fumado cerca de mí, habría explotado. Entonces, mientras me ponía la segunda capa de barniz encima, el pánico me atacó… ¿Sería demasiado? No podía saberlo con certeza, pues, como sabes, carezco de olfato. Sólo sabía que llevaba perfume encima porque escuchaba a mi vecino a través del muro preguntando...

Recordando la Universidad

Debo decir, sin temor a arrepentirme, que siempre recordaré con mucha nostalgia y cariño mi carrera universitaria, y a las personas que conocí durante la misma. Mi historia académica y personal se desenvolvieron  siempre de la mano pues, después de todo, soy un nerd y no me arrepiento de ello. En los mozos años de la primaria, fui un ente sin definición ni aspiraciones. Era un niño indistinguible del montón, que no destacaba ni se quedaba en las sombras. Aquel fue un periodo gris, sin demasiadas penas ni alegrías, donde todo lo que sucedía era filtrado por una mente a medio cuajar de 10 años. Se trató de un tránsito inocuo e irrelevante, sazonado ocasionalmente por el gusto de verle los calzones a alguna compañerita o toquetearla levemente jugando a las "inyecciones". Durante la secundaria, las cosas cambiaron y mi ñoñez se acentuó, lo que también marcó la pauta de inicio para la marcha que me llevaría al extremo marginal de la sociedad escolar y la real. Este periodo ...

Fiestas

Sobre las Fiestas Escribo esto a mediados del mes de diciembre, y no puedo menos que sentirme nostálgico. Navidad fue siempre una fecha que esperé ansioso cuando era niño. Como en cualquier niño, la ilusión de los juguetes, fueran o no los que esperaba, era lo que revestía estas fechas de un aura mágica y tibia. Pero había algo más, algo que tal vez tú puedas comprender al leerme. Ahora, en el medio de esta soledad y el frío aire invernal que recorre mi cuarto al escribir esto, me doy cuenta de que era el calor humano. Mi familia solía reunirse y convivir en el medio de una fiesta que parecía llenar el ambiente de esa energía que las películas navideñas de los gringos intentan retratar de una forma burda e inconsistente. Ahora que he madurado un poco, me doy cuenta de que muchas de las sonrisas que se proferían en estas reuniones, estaban vacías, y que muchos abrazos que se dieron, fueron pagados posteriormente con traiciones y desdén, pero durante estas fechas el ánimo se forzaba hac...