Si hay una cosa de la que me harto con mucha, mucha facilidad, es de terminar siempre convertido en el basurero emocional de alguna mujer, que cree que por el simple hecho de adherirme una etiqueta con la palabra "Amigo" tengo la obligación de ser su escape del infierno que ella misma se ha construido. Pero lo peor es que, con el tiempo, y si uno sigue este juego, esa etiqueta termina por convertirse en un collar para perro.
ALGUNAS (nótese que no generalizo) mujeres tienen básicamente dos clasificaciones de "amigos".
Un tipo de amigo que es en realidad un macho de reserva, es decir, una potencial pareja sexual a la que mantendrán cerca con pequeñas permisiones románticas no comprometedoras, para convertirla en definitivo compañero de cama cuando el macho actual pierda su utilidad social o el interés.
El OTRO tipo de "amigo" es aquel que no tiene interés sexual para la mujer, pero que vendrá a redimir las deficiencias propias del amigo sexual o de la pareja.
Este tipo de mujeres seleccionan el macho que les otorgue la mayor ganancia social, es decir, hombres atractivos, varoniles, gallardos y sexualmente explosivos y cotizables. Estos hombres son codiciados por las otras mujeres de sus círculos de acción y sirven para que otros machos no adecuados se alejen de ellas, dándoles una sensación de seguridad muy absurda. Después estamos nosotros, los gordos y feos que para ellas no significamos casi nada.
El problema para mí, viene cuando estas mujeres vienen ante mí, buscando apoyo emocional, sustento ideológico y soporte intelectual, debido a que los machos que las sodomizan cada noche son unos pobres estúpidos sin nada en el interior, y que muchas veces incluso les maltratan, ya sea física o emocionalmente.
Una vez que me han castrado ideológicamente, se abren ante mí, contándome la infinidad de problemas de su vida actual y pasada, como si me importara un pepino lo que a sus miserables existencias se refiere. Y más divertido aún, suponiendo que es mi OBLIGACiÓN atenderlas y brindarles ese pilar sentimental que necesitan
Los hombres que las acompañan en la cama se convierten en sus dildos fisiológicos, mientras que la gente como yo termina siendo sus dildos emocionales, herramientas cuya función es hacerles sentir que son escuchadas y queridas, aunque luego terminen fornicando con cualquier imbécil, para después vovler a nosotros para jactarse o arrepentirse de ello.
Anteriormente esto me agobiaba horriblemente, pero ahora sé qué hacer para alejarlas. Si comienzan con este rito absurdo, les soporto por mera civilidad, si insisten con esta idiota actitud, les demuestro interés sexual; intento besarlas o las acaricio. Nada aleja una mujer de mí con más eficiencia que demostrarle interés "romántico". Todas huyen despavoridas y así puedo seguir con mis actividades normales.
ALGUNAS (nótese que no generalizo) mujeres tienen básicamente dos clasificaciones de "amigos".
Un tipo de amigo que es en realidad un macho de reserva, es decir, una potencial pareja sexual a la que mantendrán cerca con pequeñas permisiones románticas no comprometedoras, para convertirla en definitivo compañero de cama cuando el macho actual pierda su utilidad social o el interés.
El OTRO tipo de "amigo" es aquel que no tiene interés sexual para la mujer, pero que vendrá a redimir las deficiencias propias del amigo sexual o de la pareja.
Este tipo de mujeres seleccionan el macho que les otorgue la mayor ganancia social, es decir, hombres atractivos, varoniles, gallardos y sexualmente explosivos y cotizables. Estos hombres son codiciados por las otras mujeres de sus círculos de acción y sirven para que otros machos no adecuados se alejen de ellas, dándoles una sensación de seguridad muy absurda. Después estamos nosotros, los gordos y feos que para ellas no significamos casi nada.
El problema para mí, viene cuando estas mujeres vienen ante mí, buscando apoyo emocional, sustento ideológico y soporte intelectual, debido a que los machos que las sodomizan cada noche son unos pobres estúpidos sin nada en el interior, y que muchas veces incluso les maltratan, ya sea física o emocionalmente.
Una vez que me han castrado ideológicamente, se abren ante mí, contándome la infinidad de problemas de su vida actual y pasada, como si me importara un pepino lo que a sus miserables existencias se refiere. Y más divertido aún, suponiendo que es mi OBLIGACiÓN atenderlas y brindarles ese pilar sentimental que necesitan
Los hombres que las acompañan en la cama se convierten en sus dildos fisiológicos, mientras que la gente como yo termina siendo sus dildos emocionales, herramientas cuya función es hacerles sentir que son escuchadas y queridas, aunque luego terminen fornicando con cualquier imbécil, para después vovler a nosotros para jactarse o arrepentirse de ello.
Anteriormente esto me agobiaba horriblemente, pero ahora sé qué hacer para alejarlas. Si comienzan con este rito absurdo, les soporto por mera civilidad, si insisten con esta idiota actitud, les demuestro interés sexual; intento besarlas o las acaricio. Nada aleja una mujer de mí con más eficiencia que demostrarle interés "romántico". Todas huyen despavoridas y así puedo seguir con mis actividades normales.
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