La fealdad es buena, porque siempre le permitirá a la gente vivir asustada de sus congéneres y les dará un blanco al cual atacar en esos aburridos días cuando la razón parece irse de vacaciones a la luna. Toda cultura admira la belleza, aún cuando las culturas difieran en la definición misma de la palabra. Esto se debe a una razón muy simple: todos somos seres sexuados. La gente siempre preferirá aquello que le cause un placer sexual, aunque sea en el mero ámbito especulativo, derivado de la cuidadosa observación de los atributos de otros seres humanos. El problema reside en el hecho de que, debido a nuestra absurda negación de lo que nos vuelve seres sexuales (acá en occidente), no queremos siquiera imaginar que alguien puede atraernos SÓLAMENTE de una manera sexual. Así que cuando vemos a alguien que es físicamente atractivo, inconscientemente comenzamos a darle atributos que no hemos corroborado. Suponemos que se trata de personas honestas, sinceras, amables, tiernas, en pocas palab...
Si me encuentras interesante...es que estás perdido